“LA
GRAN PASIÓN POR EL BUCEO, METIDO EN LAS ENTRAÑAS DE LOS BARCOS HUNDIDOS, RESCATANDO SUS HISTORIAS, DEVELANDO LOS MISTERIOS DE SUS TRÁGICOS
FINALES, DESCUBRIENDO SUS VALIOSOS TESOROS, REBASAN TODOS MIS
CAROS SUEÑOS”.
POR BETO
“DELFÍN” FARES. COLUMNA: MAR AZUL.
Estamos en el
corazón de nuestra hermosa bahía de Santa Lucía, después de una intensa
lluvia, el mar azul recibió la calma chicha, era un espejo y nosotros los buzo,
nos lanzamos decididos a la nueva aventura submarina.
Caemos
rompiendo en mil pedazos el plano azul, las burbujas por millares comienzan a emerger, rompiendo en la superficie, estamos
gozando la fiesta de las burbujas, descendemos por el cabo de proa, el ancla ha llegado a
la plancha del barco hundido el “CORSARIO”, con su historia de haber navegado
por nuestras aguas, como un lujoso barco casino, ahora es un viejo
pecio, el barco lo encallaron frente a la ensenada de los presos.
Mucho tiempo
el famoso “CORSARIO”, estuvo con la mayoría de su cuerpo fuera del agua,
fue bárbaramente saqueado. Con machetes y hachas lo
destrozaron, incluyendo un bello piano de cola blanca, que terminó como leña de una estufa, las corrientes
del mar lo arrastraron y ahora es un pecio, un sitio convertido en un arrecife, a una profundidad de tan solo siete metros.
Sus
ventanales, los ojos de buey fueron saqueados por buzos, ahora solo queda una
gran plancha de acero y vestigios del naufragio en nuestra Bahía de Santa
Lucía, que por cierto es un cementerio de grandes barcos que han naufragado,
como el legendario RÍO DE LA PLATA, el Santa Teresa, el
Acapulco, el Sea Cloud, Oviedo, Santa Martha, Enrique III, más una gran cantidad de veleros y yates qué se han ido a pique, sobre todo por
las fuerzas desatadas de los huracanes.
Me fascina
bucear en el Corsario, tiene mucha historia que contar, tiene el
atractivo irresistible para los buzos, es como un poderoso imán, nos atrae su
misterio, sus tesoros, que se encuentran hundidos des el año de 1949, lleva más de sesenta y seis años hundido, admiramos su grandeza, su lujo,
toda la vida marina que guarda en sus seguras guaridas, son el refugio para los
peces de arrecife, tortugas, enormes mantas diablo, es un jardín marino de
subyugante belleza.
Disfrutamos
los buzos una zona, donde los novatos tienen la oportunidad de encontrarse con los restos del Corsario,
no es profundo, no hay muchas corrientes y pueden encontrar todo el hábitat de
un arrecife natural, en los sustratos sólidos, se abigarran las gorgonias,
por sus recovecos nadan los peces de colores, muchas estrellas de mar, en los
pedregales encontramos langostas, pulpos y erizos, es di vertido y es
un buceo muy seguro.
Estamos
regresando a la odiada superficie, el lugar de tantos problemas, deseando
regresar a un mundo silencioso, de terapia intensiva y que vivimos en toda sus
suprema belleza.
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