“RECORDANDO AL ÍDOLO, TITÁN DE LOS MARES,
APOLONIO CASTILLO DÍAZ, PRIMER BUZO MEXICANO, PRIMER
COMANDANTE SUBMARINO Y PRIMERA SANGRE DEL BUCEO MEXICANO”.
MAR AZUL. POR BETO “DELFÍN” FARES.
Nuestro héroe de mil batallas Apolonio Castillo Díaz, nació en el mes de
Mayo de 1922, en Técpan de Galeana, Gro. Cuna de hombres ilustres y de grandes
héroes. En su caudaloso y bravo río, Apolonio Castillo, lo cruzaba de orilla a
orilla, a sus seis años, se le notaba una estampa de campeón, a los ocho años
con su familia llega a Acapulco, se instalan en el Barrio de la Guinea.
Pronto el inolvidable ídolo desafía al poderoso mar, a sus tremendas olas,
retando a los mismos acantilados de la Quebrada, es un adolescente mar, luego
un ya joven, un relámpago en las competencias en las piscinas, con los
extraordinarios nadadores de su época, hacen temblar a sus rivales, ellos los
Guerrerenses, nadadores que arrasaban en todas las pruebas de campeonatos
nacionales, unas fieras del agua, nadadores de talla internacional, como Clemente
Mejía, Paulino Mejía, Tarzán Estrada,
Ramiro Estrada, mi maestro Hilario “perro largo” Martínez, Pipo Diego, una
constelación de nadadores de alto rendimiento, dirigidos por el célebre
entrenador Joaquín de la Peña.
Vencedor en casi todas sus competencias, es llamado a la selección Mexicana, sus destacadas victorias lo
encumbran a la estatura de un gran ídolo, Apolonio Castillo, era un deportista
ejemplar a todas las juventudes del mundo, no fumaba y no tomaba bebidas
alcohólicas, una vida metódica, con entrenamientos férreos, le hacían notar por
su gallardía como un Dios del Olimpo, simplemente por su gallardía un APOLO-
En los Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Barranquilla,
Colombia. Apolonio convertido en un huracán arras con las medallas de oro, era
el año de 1946 y por sus brillantes triunfos es nombrado el deportista del año.
En 1948 representa a nuestro México, en los juegos Olímpicos de Londres,
dónde por primera vez en la historia de la natación Mexicana, logran pasar a la
gran final, la inolvidable cuarteta de relevos mixtos formada por Alberto
Isaac, Ramón Bravo, El gran Clemente Mejía y Apolonio Castillo, se pusieron la
túnica de los héroes, logrando un espectacular cuarto lugar, una hazaña de
valor, de coraje, entrega total, por parte de nuestros aguerridos nadadores
Mexicanos.
Apolonio Castillo, por su gran fama de nadador es habilitado como militar
de la naval, en el año de 1956, a petición de una gestión hecha por el marino
Rafael Vilchis, se forma nuestro glorioso Comando Submarino, orgullo de nuestra
valiente Armada de México, por su brillante trayectoria nuestro héroe Apolonio
Castillo, es nombrado como0 su primer comandante.
En una misión de tratar de rescatar a una pareja de Norteamericanos, que
habían llegado a Acapulco, fueron asesinados y arrojados sus cuerpos al abismo
de las profundidades marinas, el diez de Marzo de 1957, los corazones valientes
del temerario Comando Submarino, llegaron al sitio donde los asesinos confesos,
indicaban en donde los habían arrojado, los bravos buzos comandados por
Apolonio Castillo, en su primera inmersión a decenas de metros de profundidad,
no habían encontrado nada, en su desesperación de lavar el nombre de Acapulco,
Apolonio Castillo, comete un grave error en el buceo, en pocos segundos, se coloca otro tanque de aire
comprimido, estando abajo del agua, se siente mal, es víctima de la temible
descompresión.
Es llevado a la escuela de buceo de Aqua Mundo, lo meten a una cámara
hiperbárica telescópica, Apolonio se siente desesperado dentro del alargado
tubo, sufría de claustrofobia, pide a gritos que lo saquen, sale y lo llevan a
su casa, más tarde se vuelve a sentir mal, lo trasladan al Hospital de la Base
Naval, dónde trágicamente fallece, un héroe de rocas y espuma, su entierro fue
multitudinario, con la presencia del campeón Olímpico de clavados Joaquín
Capilla, de Ramón Bravo, de miles de personas que despidieron al gran ídolo, al
titán de los mares, ADIÓS APOLONIO TITÁN DE LOS MARES.
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