sábado, 26 de noviembre de 2011

PRESENTACION DEL ARZOBISPO DE ACAPULCO MONSEÑOR FELIPE AGUIRRE FRANCO DE LA TARJETA DIGITAL Y MUSICAL BAHIA DE SANTA LUCIA

TIMONEL
Voz del Obispo

PRESENTACIÓN DE LA TARJETA DIGITAL Y MUSICAL BAHÍA DE SANTA LUCÍA.
Letra y Música de Juan López

+ Felipe Aguirre Franco
Arzobispo de Acapulco

La tarjeta digital, descriptiva y musical de la Bahía de Santa Lucía en Acapulco de Don Juan López, es uno de los mejores homenajes que se han tributado, a través de la historia, al más hermoso regalo que Dios ha hecho a los acapulqueños.

Cuando el Creador Todopoderoso, formó el Paraíso terrenal, según una muy creíble exégesis bíblica, en la planicie de la antigua Mesopotamia, regada por los ríos, el Tigris y el Éufrates, no pudiendo colocar allí una majestuosa rinconada de los mares; al llenar los abismos de la tierra con las aguas que flotaban en la superficie informe, entonces pensó en una bahía aureolada de montañas en Acapulco, donde se mecían flotantes camalotes de carrizos o bambúes, que al llegar los conquistadores enviados por Hernán Cortés en 1521, le llamaron Bahía de Santa Lucía y por sobrenombre le pusieron “Espejo del Cielo”. De día se retrata en ellas, majestuoso, el astro rey; de noche la luna, “con su polizón de nardos” que escribió el poeta español Federico García Lorca y las estrellas “como cocuyos de luz”, que cantó el músico poeta Agustín Lara, parpadeantes entre sus olas y hasta se mece en ellas con una canción de cuna, la constelación de Géminis, que todos conocemos como “los ojitos de Santa Lucía”.

La sensibilidad creativa y clarividente de Don Juan López, aspirando las brisas de la bahía y oteando los horizontes que la circundan; con una mirada lince de poeta y con el fuego enamorado de su corazón, escribió en el pentagrama acuático de los mares donde ponen sus notas musicales los cadenciosos pelícanos, las inquietas gaviotas y la infinidad de corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas de los variados peces; escribió con el oído del músico y la pluma del poeta el mejor mensaje, que algún acapulqueño podría haber escrito hasta ahora, loando a nuestra bahía de Acapulco, la hermosa Perla del Pacífico, brotada del molusco divino con su concha ósea petrificada en el sacramento eterno del tiempo.

El maestro Juan López con su Tarjeta Musical Digital, nos ofrece ahora una contestación convincente y plena a la pregunta: ¿Cómo es Acapulco? Para los acapulqueños y para los visitantes. Cuando yo ví por vez primera al Papa Paulo VI ante mí, cara a cara, para conversar con él, confieso que ya ni lo veía, de tanto que lo miraba y de tan cerca que lo tenía; yo mismo me sentía revestido de la luz blanca que despedían sus ojos claros y compuse esta estrofa: “No se sabe en ese instante si la tierra está en el cielo, o el cielo está en la tierra, pues tanto se goza el anhelo, que aunque verlo ya lo hubiera, sigue de fijo mirando el rato que lo pudiera” así es Acapulco, así es su Bahía de Santa Lucía; no se puede agotar en un momento el gozo de la mirada y mucho menos superficial. Para hablar bien de la Bahía de Acapulco, primero hay que enamorarse de ella y entonces brotará el verso como el fluír del Viento. Don Juan López es un ferviente enamorado de la Bahía de Acapulco; sólo el amor le ha llevado a soñar, reír y cantar como todos los enamorados y nos ha entregado este enorme, artístico, poema musical.

Acapulqueños, no nos impongamos a ver nuestra hermosa Bahía de Santa Lucía; no hagamos costumbre de su belleza, que el amor siempre encuentra motivos nuevos para enamorarse. Y cuando quieran hablar a propios y visitantes acerca de Acapulco, háblenles de su Bahía, porque Acapulco y la Bahía de Santa Lucía son una misma cosa. Y cuando lo quieran expresar todavía más elocuentemente, díganselo cantando como lo hace nuestro amigo Juan, con la imagen plasmada en una tarjeta digital, que el amor también entra por los ojos.

Un día bajó de los Montes Urales un músico que deseaba tocar en la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por L.W. Bethoven pero al llegar a su presencia, se encontró con la dificultad del idioma a fin de darse a entender. Bethoven le hizo el ademán de que se lo dijera interpretando lo que quisiera con su violín y lo hizo en tal forma, que inmediatamente lo aceptó como integrante de su Orquesta. Así cada uno de nosotros, para no balbucear palabras titubeantes sobre Acapulco y su Bahía de Santa Lucía, ¡Dígalo cantando! Como nos ha enseñado Don Juan López, que no sólo es comentarista de prensa y radio, sino un amante musical de este girón acapulqueño de nuestra biografía.






BAHÍA DE SANTA LUCÍA
Letra y Música: Juan López


Bahía de Santa Lucía,
motivo de mis alegrías.
Mi llanto se convierte en canto
ante tus encantos,
Bahía de mi amor.

Oigo tu voz
que canta el mar
y tu sonrisa sabe a sal;
tu sol, tu brisa, tu mirar,
Santa Lucía, sin rival,
perla de Dios, gota de amor.
niña, mujer, Lucía fiel,
flor de la vida, luz, color y melodía.

Bahía de Santa Lucía,
leyenda de piratería;
no dudes de la lejanía,
tu aroma olvida los días.

Hermosa Santa Lucía,
vengo de mi travesía,
cautivo, de ti, bahía,
vuelvo sin melancolía;
tus olas dan la sensación
de latidos del corazón,
como sirena del amor
le cantas a la tentación.

Bahía de Santa Lucía,
jirones de mi biografía,
mi llanto se convierte en canto
ante tus encantos,
Bahía de mi amor.

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